Siempre supe que las personas mayores tienen mucho para dar y seguir aprendiendo. Como psicopedagogas sabemos que el aprendizaje dura toda la vida. Sin embargo, el imaginario social todavía ubica a la psicopedagogía casi exclusivamente en la infancia y en la escuela, e incluso muchas profesionales desconocen esta posibilidad.
Durante mucho tiempo tampoco en mí había un interés profundo en abrirme a este campo: no encontraba espacios ni posibilidades laborales que lo hicieran visible. Fue gracias a mi experiencia laboral en la municipalidad que mi mirada comenzó a abrirse. Allí pude ver de cerca la fuerza, la creatividad y también las dificultades de las personas mayores en su vida cotidiana. Ese contacto me permitió comprender con más claridad cuánto podía aportar la psicopedagogía en esta etapa de la vida.
La adultez es una etapa llena de sentidos, de búsquedas y también de necesidades. Y que, como psicopedagogas, tenemos un rol fundamental para acompañar esos procesos: escuchar, estimular, prevenir, revalorizar y crear oportunidades.
Hoy elijo capacitar a colegas porque creo que no alcanza con mi práctica personal. Necesitamos ser más profesionales involucrados, comprometidos con mirar a la persona mayor como protagonista de su propia vida y aprendizaje.
Es desde ahí que surge mi propuesta: abrir un espacio de formación que invite a repensar nuestro rol y animarnos a llegar más allá de las infancias.
Hasta el momento he brindado dos espacios de formación con colegas y futuras colegas, a quienes agradezco por hacer de este proyecto un lugar tan ameno y por confiar en mí para ampliar su mirada profesional.
Podes ver un resumen de la capacitación haciendo clic sobre este link.
o también conocer las actividades en el taller de estimulación cognitiva a personas mayores aquí.